La Ermita de San Gregorio de Aguaviva ha pasado a formar parte recientemente de la la Lista Roja del Patrimonio, una iniciativa de la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) que recoge cerca de 800 elementos del Patrimonio Cultural español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores si no se actúa de inmediato, al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.

Los criterios de inclusión en esta lista se basan en la importancia histórica y arquitectónica del elemento patrimonial en cuestión, en el estado en que encuentra y en el riesgo que recaiga sobre él, considerando no sólo sus valores objetivos sino, principalmente, los subjetivos que la sociedad le otorgue, de conformidad con el significado más actual de Patrimonio.

La Lista Roja se elabora bajo supervisión de una comisión científica integrada por especialistas en la materia a partir de la información procedente de fuentes propias de Hispania Nostra o, en su caso, de terceras personas o entidades independientes. En el caso de la Ermita de San Gregorio, a juicio de dicha asociación el estado de conservación del pequeño templo es malo, pero recuperable.

En este sentido, la cubierta se rehabilitó en una intervención en la cual las vigas del atrio fueron sustituidas por vigas de hormigón y para su colocación fue dañado el dintel de la puerta principal. El suelo de cantos rodados del pórtico prácticamente ha desaparecido y los muros de las fachadas tienen importantes grietas. El suelo del interior de la ermita está cubierto de basura y escombro ya que las palomas hacen nidos en el interior y la maleza invade los muros.

Se trata de una ermita barroca de planta hexagonal rematada por una cúpula piramidal de seis lados y cubierta con teja. Se accede al templo a través de un pórtico de tres arcadas, sobre el cual se halla el coro. La fachada del pórtico es de perfil mixtilíneo y quedan los restos de una espadaña.

Para la construcción del edificio se utilizaron sillares en su base, en los arcos del pórtico, en la ventana del coro, en la puerta principal adintelada y en las esquinas. El ladrillo se utilizó en las ventanas, aleros y la fábrica de la cúpula. El resto del edificio se construyó con sillarejo y el suelo del pórtico es de canto rodado. En el interior del edificio destaca la cúpula elíptica de gajos, donde se encuentran los vanos u óculos y que conserva todavía motivos decorativos como el gran sol amarillo que decora la clave, del que salen doce rayos con forma de palma y doce rayos con forma de lanza. Una figura humana tallada en madera cuelga de este punto, sin saber exactamente qué significado puede tener.

El interior de la ermita es también hexagonal, y en los muros se reparten seis pilastras con capiteles corintios y entre las pilastras arcos de medio punto. Todavía tiene restos de la pintura original y se conservan marcos pintados en las paredes que albergaban cuadros representando los misterios del Rosario, así como restos de dos altares muy deteriorados. Durante la Guerra Civil la Ermita sufrió numerosos daños, aunque precisamente de este periodo data la inscripción del brigadista estadounidense Edward Muscala en una de sus paredes, que sufrió un acto vandálico durante el pasado verano.

El Ayuntamiento de Aguaviva comparte con Hispania Nostra la preocupación sobre el estado de este inmueble, sobre el cual mantiene una cesión de uso, por lo que ya se han establecido contactos con otras administraciones para poder articular mecanismos de colaboración con objeto de poder desarrollar un proyecto de rehabilitación a la mayor brevedad posible.