Puente de Cananillas

El Puente de Cananillas sobre el río Bergantes está situado a 4 km del casco urbano de Aguaviva y une su término municipal con el de La Ginebrosa, ya que el río hace de límite municipal.

Este majestuoso puente ha sufrido varias modificaciones a lo largo de su historia. El puente actual se construyó en el año 1622, tal y como se aprecia en la clave del arco central, y es de estilo renacentista rural. Éste fue edificado sobre otra construcción anterior, posiblemente gótico aunque alguna fuente oral sugiere un posible origen romano, y del que todavía pueden apreciarse restos en las bases del actual. Está construido en piedra y mampostería, con cuatro ojos o arcadas.

Foto: Raimundo Ponz

Las dimensiones que tiene el actual puente hacen pensar en la importancia que ha podido tener a lo largo de la historia, debido a que su tamaño es el suficiente para que pueda cruzar un carro. Esto no se hizo obligatorio hasta el final del reinado de Carlos III en el siglo XVIII, por lo que parece impensable que se construyera sin tener dicha exigencia.

La importancia del Puente de Cananillas radica en la necesidad de unir Tortosa y Morella con Castellote, debido a que el castillo de esta última localidad era la despensa donde la Orden de San Juan de Jerusalén guardaba los alimentos recogidos en el Maestrazgo para su posterior transporte a la costa de Tortosa por Aguaviva, a través del actual Camí de Morella, que pasa por Cananillas y que fue Camino Real.

Este Camino Real, y por tanto también ‘lo Pont de Cananilles’, fue perdiendo importancia a raíz de la construcción de la carretera Alcañiz-Morella en el reinado de Isabel II, durante las Guerras Carlistas, para poder acceder desde Alcañiz (plaza liberal) a Morella (plaza Carlista). El golpe final como camino de primer orden ocurrió debido a la construcción de actual carretera a Zorita, a principios del siglo XX. Tras esto quedó como puente de un camino local que unía los términos de Aguaviva y La Ginebrosa, para el paso de ganado y de gente a pie.

Las avenidas del río Bergantes también le han golpeado en varias ocasiones. En primer lugar una de ellas destruyó dos de los arcos, y tras su arreglo uno fue cegado y el otro reconstruido con vigas y hormigón. Más tarde, ya en el año 2000, la última gran riada casi destruyó el puente, dejando sólo la estructura de un arco y el central. Así estuvo varios años en una lenta agonía, sostenido simplemente por el recuerdo de tiempos mejores, hasta que finalmente fue restaurado a su aspecto original en el año 2009 a través de un Taller de Empleo, ya nuevamente con sus cuatro arcos iniciales. El interior de las partes reconstruidas es de hormigón y ladrillo, y las caras vistas de mampostería y piedra labrada.

Molino Harinero

El antiguo Molino Harinero, conocido popularmente como ‘el Molinico’, se localiza junto al barranco del Herrero, a 3 km del casco urbano de Aguaviva, muy cerca del cauce del río Guadalope. Se optó por esta ubicación por su proximidad con la Acequia Mayor del Guadalope, dado que necesitaba la energía hidráulica que podía proporcionar su caudal de agua para su funcionamiento.

Foto: Cristian Margelí Giner

La fecha de su edificación, 1738, puede leerse todavía en la clave del arco de acceso. Se construyó tras ganarse el pleito entre la Orden de San Juan y los vecinos de Aguaviva, Mas de las Matas y La Ginebrosa, por negarse ésta a conceder autorización para construir sus propios molinos. Con esta negativa la Orden pretendía, como administradora del Molino de Camarón, mantener sus privilegios y seguir obligando a todos los vecinos de Aguaviva a llevar sus cereales (trigo, cebada, centeno…) a su molino.

Cuando se deseaba moler, el agua de la acequia, controlada por una contrapuerta, era liberada y hacía girar a unos rodeznos que transmitían su movimiento al eje unido a una muela volandera: rueda de piedra móvil que trituraba el grano al aprisionarlo entre ella y la muela o rueda de piedra fija situada bajo ella. Este molino tenía dos juegos de muelas. Conserva los rodeznos de hierro, los socaces o canales de salida de agua, y diversos elementos de su maquinaria.

El molino conserva gran parte de la maquinaria que se utilizó para elaborar harina, así como las posteriores máquinas para la fabricación de electricidad. Funcionó hasta la década de los sesenta del pasado siglo y está incluido en la recientemente creada ‘Ruta de obras hidráulicas del Bajo Aragón histórico’ por iniciativa de la Diputación Provincial de Teruel, cuyos trabajos de recuperación han sido financiados por el Gobierno de Aragón en el marco de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008.

Junto al edificio del Molino se eleva el gran acueducto de la Acequia Mayor de la población, que salva el anteriormente mencionado barranco del Herrero y cuyo arco alcanza los 8 metros de altura. En la construcción del acueducto se utilizó mampostería y en determinadas zonas, como en la dovelas del arco, piedra sillar. El azud de esta acequia se ubica en el río Guadalope, muy próximo a Abenfigo, barrio que pertenece al término municipal de Castellote.

Nevera

El antiguo pozo de la nieve se localiza a 551 metros de altitud, en las afueras del casco urbano. Se accede hasta el mismo siguiendo el camino de prolongación de la calle La Fuente, cuyo desvío está situado al final del pueblo, perpendicular a la travesía que atraviesa la localidad en dirección a Zorita del Maestrazgo y Morella. La nevera está emplazada junto al camino, en lo alto de un pequeño promontorio situado a la derecha del mismo, el cual domina una amplia extensión de terreno llano. La construcción del depósito fue realizada en la ladera, aprovechando el desnivel para facilitar su excavación.

El depósito es de planta circular, con paredes realizadas mediante piedra sillar tosca alternada con mampuestos careados, ajustando su colocación en seco y en algunas zonas con argamasa de tierra y cal. Se puede observar la presencia de vanos ciegos en los muros, con una finalidad de técnica constructiva de los mismos o para situar una plataforma que facilitase el trabajo en el interior de la nevera. El acceso al pozo era de tipo lateral, situado en la intersección entre el final del mismo y el principio de la cúpula, conservándose todavía la rampa de pendiente descendente que precedía a la abertura, de 1’7 metros de largo por 0’9 metros de ancho, situada a modo de hendidura en el muro y flanqueada en sus costados por las propias paredes de la construcción. Su amortización parcial no permite conocer si existían elementos de desagüe.

El depósito tiene unas medidas aproximadas de 4’5 metros de diámetro, reduciéndose 1 metro por cada extremo a la altura visible de los restos de la bóveda y unos 2-2’5 metros de profundidad observable, que estarían asociadas a una nevera de capacidad media respecto al conjunto de pozos de nieve de la comarca. La carga de la nieve se realizaba por el vano cuadrangular cenital: dispuesto en la parte superior de la cubierta del pozo. Su estructura y emplazamiento parecen adscribirla claramente al grupo de neveras comunales de carácter urbano, construidas para el abastecimiento a la propia población.

Durante años fue utilizada como vertedero de basura y animales, conservándose en buen estado el pozo y parte del arranque de la cubierta de piedra. De la antigua cubierta de piedra, a modo de falsa bóveda por aproximación de hiladas, permaneció el arranque de la misma, alternando sillares y mampuestos. En 2008, mediante una intervención con el objetivo de revalorizar el patrimonio monumental local, se procedió a la eliminación de los vertidos que conservaba en su interior y a la reconstrucción de la parte superior del abovedamiento.

Desde el año 2017 la nevera de Aguaviva forma parte de ‘Las Bóvedas del Frío’, una ruta temática basada en la rehabilitación de una serie de neveras construidas en la zona del Bajo Aragón – Matarraña durante los siglos XVI y XVII (más información en la web de la ruta de Las Bóvedas del Frío).

Conjunto Fuente – Lavaderos

La actual Fuente de los Lavaderos es una construcción del año 1833, tal y como se aprecia en la propia fuente, aunque hay constancia escrita de la existencia de una fuente desde el siglo XVI (en un documento con fecha de 1505). Posee tres caños para salir el agua, y fue un lugar muy importante de Aguaviva, ya que hasta principios de la década de los 30 era prácticamente la única que había en el pueblo. Desde la fuente, a través de un reguero de piedra, llega el agua a un abrevadero, donde antiguamente saciaban su sed las caballerías y los rebaños. Posteriormente se entubaron tanto el reguero como el abrevadero, pero por suerte se ha podido reabrir y actualmente podemos ver el aspecto que tenía hace años.

Foto: Marta Gómez Bartoli

Tras el abrevadero el agua pasaba a los lavaderos, donde había tres balsas para lavar la ropa. Con la llegada de las lavadoras a las casas, los lavaderos fueron eliminándose. Primero fue la última balsa, cuyo lugar sirvió para ensanchar la calle. Más tarde se eliminó la segunda, ya que allí se construyó un parque infantil. Por tanto, actualmente sólo queda una, como testigo mudo de lo que en su día fue.

Hay tradiciones que tienen como lugar la Fuente. En la noche de San Juan, noche mágica y de gran misticismo donde las haya, antes de la salida del sol acudían las mozas del pueblo a lavarse la cara, ya que según se decía de esta manera se hacían más guapas. Otra de las tradiciones que todavía se conserva tiene lugar durante la festividad de los ‘Quintos’, ya que tras el reparto de sequillos y vino por las calles del pueblo se llega a la fuente, donde a través de una lúdica ceremonia los jóvenes pasan a la madurez.

(Fuentes textos: T’acordes, Asociación Cultural Caliu – 2011 y Fundación Quílez Llisterri)